SINOPSIS
Jojo “Rabbit” Betzler (Roman Griffin Davis) es un solitario niño alemán perteneciente a las Juventudes Hitlerianas que ve su mundo puesto patas arriba cuando descubre que su joven madre Rosie (Scarlett Johansson) esconde en su ático a una niña judía (Thomasin McKenzie). Con la única ayuda de su mejor amigo imaginario, el mismísimo Adolf Hitler (Taika Waititi), Jojo deberá afrontar su ciego nacionalismo con las contradicciones de una guerra absurda.
MOVIE SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
Theodor Adorno’s statement, “to write poetry after Auschwitz is barbaric,” has sparked lengthy debates among philosophers. One interpretation suggests that it’s inappropriate to make light of serious tragedies such as the Holocaust, a stance that would likely reject Taika Waititi’s fourth and controversial film. This “anti-hate satire” portrays Adolf Hitler more as a clumsy fool than a genocidal leader. The movie has ignited heated discussions among critics, similar to the reception of Todd Phillips’s Joker. Jojo Rabbit, despite winning the audience award at the Toronto International Film Festival, has also been unfavorably compared to Roberto Benigni’s Life is Beautiful. Waititi, who occasionally writes under his mother’s surname, “Cohen,” must have been aware of the risks associated with his project. The story revolves around a young boy named Jojo Betzler (Roman Griffin Davis), who is fully indoctrinated with Nazi ideology to the point of having an imaginary friend version of Hitler.
Waititi’s portrayal of Hitler resembles more a petulant child than a fearsome dictator, a character who sulks when his advice is ignored by his young confidant. One of the less controversial elements of the movie involves Jojo’s liberal mother, played by Scarlett Johansson, who sees her son’s obsession with Nazi propaganda as a phase that will eventually pass. Jojo’s beliefs are challenged when he discovers Elsa (Thomasin McKenzie), a Jewish girl, hidden within the walls of his home. Contrary to the grotesque stereotypes propagated by the Nazis, Elsa is a normal girl without horns or supernatural abilities, and this revelation begins to shift Jojo’s perspective.
The film’s comedic approach to the Holocaust has faced criticism, with some arguing that it’s simply not acceptable, while others feel that the humor doesn’t justify the risks taken. However, humor is highly subjective, and for some, the film’s blend of overt and subtle satire hits the mark. The film utilizes a montage of Nazi life set to the German version of “I Want to Hold Your Hand” to maintain its irreverent tone. Sam Rockwell and Rebel Wilson shine as minor officials promoting a ludicrous yet malevolent ideology, while Stephen Merchant portrays a clumsy Gestapo officer. Despite the comedic elements, the film does not downplay the horrors that result from such blind intolerance. The film’s whimsical visual and auditory style, reminiscent of a deranged Wes Anderson production, mirrors a child’s viewpoint without trivializing historical events. However, the movie assumes that all viewers come with a basic understanding and disdain for the Nazi regime, which may not always be the case. Although Jojo Rabbit strongly condemns hate, it does little to enlighten viewers about the specific horrors of Nazi Germany. Nonetheless, its call for tolerance is sincere. Balancing humor and seriousness, sentimentality and emotion, audacity and poor taste, the film pushes the boundaries of audience tolerance, making it a gamble that’s worth taking.
SPANISH REVIEW
La afirmación de Theodor Adorno, “escribir poesía después de Auschwitz es bárbaro”, ha desatado largos debates entre filósofos. Una interpretación sugiere que es inapropiado hacer ligereza de tragedias serias como el Holocausto, una postura que probablemente rechazaría la cuarta y controvertida película de Taika Waititi. Esta “sátira anti-odio” presenta a Adolf Hitler más como un tonto torpe que como un líder genocida. La película ha provocado acaloradas discusiones entre los críticos, similar a la recepción de Joker de Todd Phillips. Jojo Rabbit, a pesar de ser ganadora del premio del público en el Festival Internacional de Cine de Toronto, también ha sido comparada de manera desfavorable con La vida es bella de Roberto Benigni. Waititi, quien ocasionalmente escribe bajo el apellido de su madre, “Cohen”, debió ser consciente de los riesgos asociados con su proyecto. La historia gira en torno a un joven llamado Jojo Betzler (Roman Griffin Davis), quien está completamente adoctrinado con la ideología nazi hasta el punto de tener una versión imaginaria de Hitler como amigo.
La interpretación de Hitler por parte de Waititi se asemeja más a un niño malcriado que a un temible dictador, un personaje que se enfada cuando su consejo es ignorado por su joven confidente. Uno de los elementos menos controvertidos de la película involucra a la madre liberal de Jojo, interpretada por Scarlett Johansson, quien ve la obsesión de su hijo con la propaganda nazi como una fase que eventualmente pasará. Las creencias de Jojo se ven desafiadas cuando descubre a Elsa (Thomasin McKenzie), una niña judía, escondida dentro de las paredes de su casa. Contrariamente a los grotescos estereotipos propagados por los nazis, Elsa es una niña normal sin cuernos ni habilidades sobrenaturales, y esta revelación comienza a cambiar la perspectiva de Jojo.
El enfoque cómico de la película hacia el Holocausto ha enfrentado críticas, con algunos argumentando que simplemente no es aceptable, mientras que otros sienten que el humor no justifica los riesgos asumidos. Sin embargo, el humor es altamente subjetivo y, para algunos, la mezcla de sátira obvia y sutil de la película acierta. La película utiliza un montaje de la vida nazi ambientada en la versión alemana de “I Want to Hold Your Hand” para mantener su tono irreverente. Sam Rockwell y Rebel Wilson destacan como funcionarios menores que promueven una ideología ridícula pero malévola, mientras que Stephen Merchant retrata a un torpe oficial de la Gestapo. A pesar de los elementos cómicos, la película no minimiza los horrores que resultan de tal intolerancia ciega. El estilo visual y auditivo caprichoso de la película, que recuerda a una producción desquiciada de Wes Anderson, refleja el punto de vista de un niño sin trivializar los eventos históricos. Sin embargo, la película asume que todos los espectadores vienen con un entendimiento básico y desprecio por el régimen nazi, lo cual no siempre puede ser el caso. Aunque Jojo Rabbit condena fuertemente el odio, hace poco para ilustrar a los espectadores sobre los horrores específicos de la Alemania nazi. Sin embargo, su llamado a la tolerancia es sincero. Al equilibrar el humor y la seriedad, la sentimentalidad y la emoción, la audacia y el mal gusto, la película empuja los límites de la tolerancia del público, convirtiéndola en una apuesta que vale la pena correr.
MORE INFORMATION
// Fox Searchlight Pictures // Director: Taika Waititi // Cast: Roman Griffin David, Thomasin McKenzie, Taika Waititi, Rebel Wilson, Sam Rockwell, Stephen Merchant, Alfie Allen, Scarlett Johansson