SINOPSIS
Inspirada en la increíble y verídica historia de una familia judía separada a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, decidida a sobrevivir (y a reunirse de nuevo), esta obra es un tributo al triunfo de la esperanza y del amor contra todo pronóstico.
Es la primavera de 1939 y tres generaciones de la familia Kurc hacen todo lo posible por llevar una vida normal, aunque la sombra de la guerra esté cada vez más cerca. Las charlas que mantienen alrededor de la mesa del Séder giran en torno a tiernos bebés e historias de amor, no a las crecientes dificultades que amenazan a los judíos en Radom, Polonia, su ciudad natal. Pero pronto será imposible escapar de los horrores que invaden Europa, y los Kurc se verán desplazados a rincones remotos del mundo, mientras cada uno de ellos trata desesperadamente de ponerse a salvo.
Cuando uno de los hermanos es forzado a exiliarse, otro intenta huir del continente, mientras que otros luchan por escapar de una muerte segura, ya sea trabajando durante extenuantes jornadas en las fábricas de los guetos, o intentando pasar desapercibidos. Impulsados por una voluntad inquebrantable por sobrevivir y por el miedo de no volver a verse jamás, los Kurc deberán aferrarse a la esperanza, la astucia y la fuerza interior para resistir.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
In the extensive narrative of the Holocaust, stories of bravery, creativity, resilience, and perseverance are commonplace, yet it is rare to find stories where all protagonists survive. Georgia Hunter’s “We Were the Lucky Ones” is unique in this aspect, chronicling her own family’s miraculous survival during the grim period of the German occupation of Poland. As a teenager, Hunter discovered that her maternal family had survived against all odds. Some fled, others hid or fought, but after seven long years of separation and uncertainty, they all reunited in America. Following extensive interviews and research, Hunter has novelized their experiences, reviving the vibrant details of her great-grandmother Nechuma’s life before the war and the cultural richness that defined their existence in Poland.
The novel is masterfully structured like a concerto grosso, weaving the individual stories of Hunter’s relatives—her great-grandparents, grandfather, and extended family—into a symphony that is harmonious yet heartrending. Each perspective is a solo that enriches the entire work, with transitions that are both elegant and clear. Hunter’s depiction of pre-war Poland is detailed and affectionate, capturing the essence of a world on the brink of fragmentation. The main narrative thread begins with her grandfather Eddy (born Addy Kurc), whose talents as a pianist and composer enable him to escape the looming war and seek refuge in Brazil. While his challenges seem minor compared to the dire situations his family faces back in Europe, Eddy’s story becomes a testament to the psychological toll of war and displacement, and it is through his musical journey that the family’s tale of reconnection unfolds.
“We Were the Lucky Ones” traces the descent of the Kurc family from their upper-middle-class comforts in Warsaw and Radom to the harsh realities of ghettos, labor camps, and warfronts. The narrative spans continents and circumstances, with family members using forged documents, hiding in plain sight, or surviving the frigid Siberian exile. These elements, familiar within Holocaust literature, are given fresh vitality through the Kurcs’ resilience. A poignant moment occurs when Addy’s ship to America is detained in Casablanca, and the refugees are confronted with the grim prospect of their expiring visas. In the unsanitary conditions of the Kasha Tadla refugee camp, we witness a stark juxtaposition between Addy’s former life and his new reality, highlighting the universal plight of displaced persons both in the past and present.
The novel’s resonance goes beyond its historical context, drawing parallels to contemporary refugee crises and calling for empathy for today’s displaced people who, like the Kurcs, have been torn from their lives and loved ones. “We Were the Lucky Ones” transcends mere storytelling to become a powerful reminder of the human faces behind historical events. It’s this connection that Hunter establishes between her family’s past and the ongoing human condition that adds depth to her narrative. Notably, Hunter strikes a delicate balance in her writing—avoiding emotional manipulation, she opts for genuine suspense and a deep investment in the fates of her characters, a testament to her family’s indomitable spirit and a tribute to their legacy of survival.
SPANISH REVIEW
En la amplia narrativa del Holocausto, relatos de valentía, creatividad, resiliencia y resistencia son comunes, sin embargo, historias donde todos los protagonistas sobreviven son inusuales. “Fuimos los afortunados” de Georgia Hunter es distinta en este sentido, narrando la milagrosa supervivencia de su propia familia durante el sombrío periodo de la ocupación alemana en Polonia. Hunter descubrió en su adolescencia que su familia materna había sobrevivido contra todo pronóstico. Algunos huyeron, otros se escondieron o lucharon, pero tras siete arduos años de separación e incertidumbre, todos se reunieron en América. Hunter, tras extensas entrevistas e investigación, noveliza sus historias, reviviendo los detalles vivaces de la vida de su bisabuela Nechuma antes de la guerra y la riqueza cultural que definía su existencia en Polonia.
La novela está estructurada magistralmente, como un concerto grosso, entretejiendo las historias individuales de los parientes de Hunter — sus bisabuelos, abuelo y familia extendida — en una sinfonía armónica pero desgarradora. Cada perspectiva es un solo que contribuye a la obra en su conjunto, con transiciones elegantes y claras. La descripción que hace Hunter de la Polonia preguerra es detallada y cariñosa, capturando minuciosamente la esencia de un mundo al borde de la desintegración. El hilo central comienza con su abuelo Eddy (nacido Addy Kurc), cuyos talentos como pianista y compositor le permiten huir de la guerra inminente y refugiarse en Brasil. Aunque sus luchas parecen leves en comparación con las circunstancias que enfrenta su familia en Europa, la historia de Eddy se convierte en un testimonio del impacto psicológico de la guerra y el desplazamiento, y es a través de su odisea musical que se desarrolla la historia de la reconexión familiar.
“Fuimos los afortunados” sigue el declive de la familia Kurc desde la comodidad de la clase media alta en Varsovia y Radom hasta las duras realidades de los guetos, los campos de trabajo y el frente de guerra. La narrativa abarca continentes y situaciones, con miembros de la familia utilizando documentos falsificados, escondiéndose a simple vista o sobreviviendo al exilio siberiano. Estos elementos, aunque conocidos en la literatura del Holocausto, cobran nueva vida a través de la resiliencia de los Kurc. Un episodio conmovedor se produce cuando el barco de Addy rumbo a América queda retenido en Casablanca y los refugiados enfrentan la realidad sombría de sus visados por expirar. En las condiciones insalubres del campo de refugiados Kasha Tadla, presenciamos una yuxtaposición marcada entre la vida anterior de Addy y su nueva realidad, subrayando la situación universal de las personas desplazadas tanto en el pasado como en el presente.
La resonancia de la novela se extiende más allá del contexto histórico, trazando paralelos con las crisis de refugiados contemporáneas, instando a la empatía por las personas desplazadas de hoy en día que, al igual que los Kurc, son arrancados de sus vidas y seres queridos. “Fuimos los afortunados” trasciende la mera narración para convertirse en un poderoso recordatorio de los rostros humanos detrás de los eventos históricos. Es esta conexión que Hunter forja entre el pasado de su familia y la condición humana continua la que añade una capa de profundidad a su obra. Hunter logra un equilibrio delicado en su escritura — rehuye la manipulación emocional y opta por un suspense genuino y una profunda inversión en los destinos de sus personajes, un testimonio del espíritu indomable de su familia y un homenaje a su legado de supervivencia.
// Autor: Georgia Hunter // Editorial: Umbriel
SOBRE EL AUTOR
Cuando Georgia Hunter tenía quince años, descubrió que provenía de una familia de sobrevivientes del Holocausto. “We Were the Lucky Ones” nació de su búsqueda por descubrir la impresionante historia de su familia. Su sitio web, www.georgiahunterauthor.com, ofrece una mirada entre bastidores a la extensa investigación que ha conllevado este proyecto. Vive en Connecticut con su esposo y sus dos hijos.