SINOPSIS
La torre del orgullo se ha constituido como la obra histórica de referencia sobre los años previos al estallido de la Primera Guerra Mundial, un periodo que, lejos de la belleza que sugiere su denominación como Época Dorada, o Belle Époque, supuso la eclosión de profundos conflictos y tensiones que se habían ido gestando a lo largo de las décadas anteriores. Y es que ha sido una mirada nostálgica la que ha condicionado nuestra percepción de aquellos tiempos: la vida pacífica y segura no era tan común, y mientras proliferaban las brillantes fiestas del naciente ballet ruso, estallaba el escándalo del caso Dreyfus y crecía el descontento obrero.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
Reading “The Proud Tower,” edited by Península, by Barbara Tuchman, evokes a bygone era of narrative history that is unabashedly interpretative, with no pretense of impartiality or attempt to hide the author’s biases. In Tuchman’s work, the way the story is told is almost as crucial as the story itself, if not more so at times. Tuchman, a masterful storyteller, brings incisive sentences to life, vividly characterizing and sometimes caricaturing the people, nations, and movements she writes about. This is not the dull, footnoted history of academic journals, nor the sensationalized popular history that is light on facts but heavy on style. Tuchman’s work is highly observational, often critical, and beautifully written, without sacrificing the fundamentals of good historical writing that documents facts. She establishes the details and explains their implications without apology. “The Proud Tower” may be her most expressive work, representing a type of history that could not be written and published today due to the passing of both the author and the genre she exemplified. It is a lamentable loss. Interest in “The Proud Tower” may arise from a recent focus on the causes of World War I during the centennial of Europe’s great catastrophe. This interest can be sparked by reading “To End All Wars” by Adam Hochschild, “Europe’s Last Summer” by David Fromkin, and “Sleepwalkers” by Christopher Clark. These readings might highlight a limited knowledge of global affairs in the decades preceding the Great War. Historical events rarely occur in isolation; for example, the American Civil War cannot be fully understood without considering the preceding years. Owning this volume for over thirty years demonstrates the value of a personal library. A forgotten bookmark around page fifty may indicate a previous, unsuccessful reading attempt. However, one can start again from page one.
It is important to note that the subtitle “Portrait of the World Before the War” is not just a literary flourish. “The Proud Tower” differs from Tuchman’s other works in its structure, presenting a series of snapshots of nations and movements on the brink of World War I, rather than a continuous historical study. This approach elegantly captures the national character of key countries – England, France, Germany, and the United States – and significant international movements of the era, such as anarchism, socialism, and the nascent peace crusades centered on Hague treaties. Each of these topics gets a chapter, with the British getting two. The result is a narrative that combines flashes of brilliance with moments of tedium, but remains valuable for its broad approach. One can learn much about this era, prompting further inquiries. One of the most intriguing chapters is “The Idea and the Deed,” which focuses on the anarchists, the terrorists of their time. Although largely forgotten today, anarchists driven by anti-authoritarian impulses wreaked havoc across borders for decades, achieving notable but ultimately futile successes. Their violent campaigns targeted heads of state with alarming frequency, leading to the assassinations of several prominent leaders, including Tsar Alexander II of Russia and President William McKinley of the United States. Tuchman’s portrayal of anarchism is captivating, although she and other historians often overlook the long-term consequences of these assassinations on European stability. Understanding the prelude to World War I requires deeper exploration of this topic.
Tuchman’s chapters on Britain reveal a nation with great freedoms but a narrow franchise and a significant wealth gap between the elite and the poor. Political power was gradually shifting to the labor forces that would transform British politics. Her broad perspective shines in the chapter on France, which focuses on the Dreyfus Affair and its profound impact on French politics and society. The chapter on the United States highlights its turn towards imperialism and militarism during the Spanish-American War and beyond, often overlooked by historians. Tuchman also explores the Hague’s efforts to use international law to prevent conflict, revealing the United States as a strong opponent of disarmament measures. The chapter on Germany, “Neroism is in the Air,” uses opera as a metaphor for the rising madness in German society, but is less effective. Notably, there is no chapter on Russia, although Russians appear throughout the book. “The Proud Tower” might have been more effective as a collection of essays rather than a continuous narrative, as there is little flow between chapters. Tuchman’s attempt to tie everything together in the final chapter on socialism, “The Death of Jaurès,” falls flat. However, the phenomenon of many key leaders being assassinated just before the Great War is striking. These losses might have deprived Europe of voices that could have moderated the impending catastrophe. Despite its flaws, “The Proud Tower” is recommended to anyone seeking a deeper understanding of the era that led to one of the most dramatic periods in history.
SPANISH REVIEW
Leer “La torre del orgullo”, editado por Península, de Barbara Tuchman, evoca una era pasada de la historia narrativa que es descaradamente interpretativa, sin pretensiones de imparcialidad ni intento de ocultar los sesgos de la autora. En la obra de Tuchman, la forma en que se cuenta la historia es casi tan crucial como la historia misma, si no más en ocasiones. Tuchman, una narradora magistral, da vida a frases incisivas que caracterizan vívidamente y a veces caricaturizan a las personas, naciones y movimientos sobre los que escribe. No es la historia aburrida y con notas a pie de página de las revistas académicas, ni la historia popular sensacionalista que es ligera en hechos pero pesada en estilo. El trabajo de Tuchman es altamente observacional, a menudo crítico y bellamente escrito, sin sacrificar los fundamentos de una buena escritura histórica que documenta los hechos. Ella establece los detalles y explica sin disculpas sus implicaciones. “The Proud Tower” puede ser su obra más expresiva, representando un tipo de historia que no podría ser escrita y publicada hoy debido a la desaparición tanto de la autora como del género que ella ejemplificaba. Es una pérdida lamentable. El interés en “The Proud Tower” puede surgir de un enfoque reciente en las causas de la Primera Guerra Mundial durante el centenario de la gran catástrofe de Europa. Este interés puede ser despertado al leer “To End All Wars” de Adam Hochschild, “Europe’s Last Summer” de David Fromkin, y “Sleepwalkers” de Christopher Clark. Estas lecturas pueden resaltar un conocimiento limitado de los asuntos globales en las décadas anteriores a la Gran Guerra. Los eventos históricos rara vez ocurren en aislamiento; por ejemplo, la Guerra Civil Americana no puede entenderse completamente sin considerar los años precedentes. Poseer este volumen durante más de treinta años demuestra el valor de una biblioteca personal. Un marcador olvidado alrededor de la página cincuenta puede indicar un intento previo, pero fallido, de leerlo. Sin embargo, se puede comenzar de nuevo desde la página uno.
Es importante señalar que el subtítulo “Retrato del mundo antes de la guerra” no es solo una floritura literaria. “The Proud Tower” difiere de otras obras de Tuchman en su estructura, presentando una serie de instantáneas de naciones y movimientos al borde de la Primera Guerra Mundial, en lugar de un estudio histórico continuo. Este enfoque captura elegantemente el carácter nacional de países clave – Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos – y movimientos internacionales significativos de la época, como el anarquismo, el socialismo y las incipientes cruzadas por la paz centradas en los tratados de La Haya. Cada uno de estos temas recibe un capítulo, con los británicos ganando dos. El resultado es una narrativa que combina destellos de brillantez con ocasiones de tedio, pero sigue siendo valiosa por su enfoque general. Se puede aprender mucho sobre esta era, lo que puede llevar a futuras indagaciones. Uno de los capítulos más intrigantes es “La idea y el hecho”, que se centra en los anarquistas, los terroristas de su tiempo. Aunque hoy en día son en gran parte olvidados, los anarquistas, impulsados por impulsos anti-autoritarios, causaron estragos a través de las fronteras durante décadas, logrando éxitos notables pero en última instancia fútiles. Sus campañas violentas apuntaban a los jefes de estado con alarmante frecuencia, llevando a los asesinatos de varios líderes prominentes, incluyendo al Zar Alejandro II de Rusia y al presidente William McKinley de Estados Unidos. La representación de Tuchman del anarquismo es cautivadora, aunque ella y otros historiadores a menudo pasan por alto las consecuencias a largo plazo de estos asesinatos en la estabilidad europea. Comprender el preludio de la Primera Guerra Mundial requiere una exploración más profunda de este tema.
Los capítulos de Tuchman sobre Gran Bretaña revelan una nación con grandes libertades pero una franquicia limitada y una significativa brecha de riqueza entre la élite y los pobres. El poder político estaba cambiando gradualmente hacia las fuerzas laborales que transformarían la política británica. Su perspectiva amplia brilla en el capítulo sobre Francia, que se centra en el caso Dreyfus y su profundo impacto en la política y la sociedad francesa. El capítulo sobre Estados Unidos destaca su giro hacia el imperialismo y el militarismo durante la Guerra Hispanoamericana y más allá, a menudo pasado por alto por los historiadores. Tuchman también explora los esfuerzos de La Haya por usar el derecho internacional para prevenir conflictos, revelando a Estados Unidos como un fuerte opositor a las medidas de desarme. El capítulo sobre Alemania, “Neroismo está en el aire”, utiliza la ópera como una metáfora para la creciente locura en la sociedad alemana, pero es menos efectivo. Notablemente, no hay un capítulo sobre Rusia, aunque los rusos aparecen a lo largo del libro. “The Proud Tower” podría haber sido más efectivo como una colección de ensayos en lugar de una narrativa continua, ya que hay poca fluidez entre los capítulos. El intento de Tuchman de unir todo en el capítulo final sobre el socialismo, “La muerte de Jaurès”, falla. Sin embargo, el fenómeno de muchos líderes clave siendo asesinados justo antes de la Gran Guerra es impactante. Estas pérdidas podrían haber privado a Europa de voces que podrían haber moderado la catástrofe inminente. A pesar de sus defectos, “The Proud Tower” se recomienda a cualquiera que busque una comprensión más profunda de la era que condujo a uno de los períodos más dramáticos de la historia.
// Autor: Barbara W. Tuchman // Editorial: Península
SOBRE EL AUTOR
Barbara W. Tuchman (Nueva York, 1912-1989), periodista, escritora e historiadora, se licenció en el Radcliffe College. Empezó a destacar como autora con El telegrama Zimmermann y alcanzó la fama internacional con Los cañones de agosto, que obtuvo un enorme éxito de ventas y ganó el Premio Pulitzer en 1963. Sus dos obras siguientes, La torre del orgullo y Stilwell and the American Experience in China, alcanzaron una repercusión excepcional. Con este último, además, volvió a ganar el Pulitzer. Entre sus trabajos más reconocidos cabe citar también Un espejo lejano