SINOPSIS
Movie Short Review
English review
The phrase “they don’t make movies like they used to” may come across as a cliché, often uttered with a nostalgic sigh for the past, but it holds true, especially in today’s era where streaming platforms prefer content optimized for mobile devices over films tailored for the big screen. When a film arrives that evokes the craftsmanship of the past, it’s hard not to feel a certain nostalgia. Director and cinema enthusiast Alexander Payne captures this sentiment in “The Holdovers,” a film set in the 70s that seems to have been made in that era, from its quirky vintage opening titles to its overall aesthetic, including camera work, transitions, casting, and even the film stock used. Premiering at the Telluride Film Festival and later presented in Toronto, “The Holdovers” is more than a mere imitation of the past; it’s a finely tuned and sensitive comedy-drama that has a life of its own, reminiscent of character-driven films from that period as well as the independent hits of the 90s and 2000s that won over audiences at Sundance and the Oscars.
Returning to a style reminiscent of his films “Nebraska” and “The Descendants,” Payne leaves behind the complexity of his last project, “Downsizing,” for a simpler narrative that is both welcoming and familiar. This time, working from a script by television writer David Hemingson instead of his own, Payne delivers a story that balances the bittersweet without falling into sentimentality, in a manner that feels true to his style. The story revolves around three characters who unexpectedly find themselves spending Christmas together, creating a rich backdrop that feels like it was lifted from a great American novel, with a world that existed long before the first scene and continues long after the movie ends.
The central characters of the film form an unlikely trio brought together by circumstances. Paul Giamatti stars as Paul, a history teacher with a strict moral compass, who faces the challenge of supervising students during the holidays. He is joined by a rebellious teenager, Angus (played by newcomer Dominic Sessa), and a grieving cafeteria manager and mother, Mary (Da’Vine Joy Randolph). Together, they create an improvised community during what is supposed to be the happiest time of the year. Their individual struggles with loneliness, abandonment, and loss weave a nuanced narrative that avoids the expected tropes of creating a new family, instead presenting a portrait of individuals finding mutual solace amidst a desolate winter landscape. Randolph delivers a particularly moving performance, portraying a mother’s first Christmas without her son, with deeply affecting moments that position her as a strong contender for awards recognition. Alongside Giamatti’s layered portrayal of a misunderstood teacher and Sessa’s impressive debut performance, “The Holdovers” offers restrained emotional depth that makes its eventual reward all the more satisfying. In a sea of forgettable holiday films, “The Holdovers” stands out with its reflective, melancholic charm, potentially becoming a new classic in the holiday film canon.
Spanish review
La frase “ya no se películas hacen como antes” puede sonar a cliché, a menudo pronunciada con un suspiro nostálgico por el pasado, pero esto no le resta verdad, especialmente en la era actual donde las plataformas de streaming prefieren contenido optimizado para dispositivos móviles en lugar de películas diseñadas para la gran pantalla. Cuando llega una película que evoca la artesanía del pasado, es difícil no sentir una cierta nostalgia. El director y entusiasta del cine, Alexander Payne, captura este sentimiento en “The Holdovers”, una película ambientada en los años 70 que parece haber sido hecha en esa época, desde sus peculiares títulos de apertura vintage hasta su estética general, que incluye desde el trabajo de cámara hasta las transiciones, elecciones de casting y hasta el tipo de película utilizado. Estrenada en el festival de cine de Telluride y luego presentada en Toronto, “The Holdovers” es más que una simple imitación del pasado; es un drama cómico afinado y sensible que tiene vida propia, recordando las películas centradas en personajes de esa época, así como los éxitos independientes de los 90 y 2000 que conquistaron al público en Sundance y en los Óscar.
Regresando a un estilo que recuerda a sus películas “Nebraska” y “The Descendants”, Payne deja atrás la complejidad de su último proyecto, “Downsizing”, para adoptar una narrativa más simple que resulta acogedora y familiar. En esta ocasión, trabajando a partir de un guion del escritor de televisión David Hemingson en lugar de uno propio, Payne entrega una historia que equilibra lo agridulce sin caer en la sentimentalidad, de una manera que parece propia de su estilo. La historia gira en torno a tres personajes que, de manera inesperada, se encuentran pasando la Navidad juntos, creando un telón de fondo rico que parece extraído de una gran novela americana, con un mundo que existía mucho antes de la primera escena y que continúa mucho después de que termina la película.
Los personajes centrales de la película forman un trío improbable unido por las circunstancias. Paul Giamatti interpreta a Paul, un profesor de historia con un estricto sentido moral, quien se enfrenta al desafío de supervisar a los estudiantes durante las vacaciones. Se une a él un adolescente rebelde, Angus (interpretado por el debutante Dominic Sessa), y una madre y gerente de la cafetería en duelo, Mary (Da’Vine Joy Randolph). Juntos, crean una comunidad improvisada durante lo que se supone que es la época más feliz del año. Sus luchas individuales con la soledad, el abandono y la pérdida tejen una narrativa matizada que evita los tropos esperados de crear una nueva familia, presentando en su lugar un retrato de individuos que encuentran consuelo mutuo en medio de un paisaje invernal desolador. Randolph ofrece una actuación particularmente conmovedora, interpretando la primera Navidad de una madre sin su hijo, con momentos profundamente emotivos que la posicionan como una fuerte contendiente para reconocimientos en los premios. Junto con la interpretación estratificada de Giamatti de un profesor incomprendido y la impresionante actuación debut de Sessa, “The Holdovers” ofrece una profundidad emocional contenida que hace que su eventual recompensa sea aún más satisfactoria. En un mar de películas navideñas olvidables, “The Holdovers” destaca con su encanto reflexivo y melancólico, con potencial para convertirse en un nuevo clásico en el canon de películas festivas.
Movie information
// Focus Features // Director: Alexander Payne // Cast: Paul Giamatti, Da’Vine Joy Randolph, Carrie Preston, Dominic Sessa
SOBRE EL DIRECTOR
Alexander Payne es un director, productor y guionista norteamericano, nacido el 10 de febrero de 1961, en Omaha, Nebraska. El más joven de tres hijos, de un matrimonio dedicado a la industria del restaurante, Payne empezó a desarrollar su talento e interés por escribir cuando, durante su estancia en la Creighton Prep, tuvo la oportunidad de realizar una columna humorística en el periódico escolar. También mostraba interés en el cine, cuando su padre le regalo una cámara de Super 8MM a los 14 años. Posteriormente, estudió literatura e historia latinoamericana, en la Stanford University. Como parte de sus estudios en español, Alexander pasó una temporada en España, en la Universidad de Salamanca y después vivió una temporada en Medellín, Colombia, donde publicó artículos sobre los cambios sociales sucedidos en la región durante 1900 y 1930. Payne después estudió cine, en la UCLA Film School, donde obtuvo una maestría en Bellas Artes. Su trabajo tesis, el largometraje The Passion of Martin, fue celebrado y atrajo la atención de la industria de cine en Los Ángeles, lo que le conseguió un contrato con Universal Pictures. Payne empezó a darse a conocer, de manera importante, con la cinta La trampa(1999), por la que fue nominado a un premio de la Academia en la categoría de mejor guion adaptado en el 2000. Siguió cosechando éxitos con sus dos siguientes cintas, el drama Las confesiones del Sr. Schmidt (2002) y, especialmente, la comedia dramática Entre copas (2004). Payne es uno de los directores más aclamados del nuevo milenio, cuyas cintas por lo general giran alrededor de personajes de mediana edad quienes se enfrentan a una crisis fundamental en sus vidas para salir de ellas como personas nuevas. Su trayectoria incluye aclamados largometrajes como Los descendientes (2011), Nebraska (2013) y Pequeña gran vida (2017).