SINOPSIS
Un portentoso trabajo de investigación periodística que revela qué se esconde tras los likes y la aparente frivolidad de las redes sociales, al tiempo que describe una sociedad peligrosamente a merced de unos gigantes tecnológicos que eluden cualquier principio ético ante la perspectiva del lucro.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
In Max Fisher’s penetrating and momentous book “The Chaos Machine,” parallels are drawn with Stanley Kubrick’s iconic film “2001: A Space Odyssey,” an analogy that persisted during his research. The 1968 film’s depiction of a supercomputer rebelling against its crew on a spacecraft bound for Jupiter reflects the ambivalent nature of technology, which Fisher examines in detail. His book starts dramatically, transporting us from the gleaming headquarters of Facebook to a vision of a conflicted Earth from contemplative heights, delivering a narrative as unsettling as it is convincing that affirms the profound impact algorithms have on global events and personal lives.
Fisher, an experienced journalist from The New York Times, immerses the reader in the role of social networks in the incitement of violence and hatred around the world, with special emphasis on platforms like Facebook, WhatsApp, and YouTube. He blends harrowing descriptions of violence in places such as Myanmar and Sri Lanka with the viral spread of harmful misinformation, carefully avoiding the mistake of confusing correlation with causation. He raises questions about the direct responsibility of social media in the widespread panic and anger they seem to facilitate, delving into the complex relationship between technological features and human emotions.
Furthermore, the book addresses the hypocritical nature of the public stances of tech giants compared to their actions. Meta and Google, for example, have benefited from algorithms that fuel outrage and division, contrary to the altruistic visions proclaimed by founders such as Mark Zuckerberg and Peter Thiel. Fisher contrasts these lofty ambitions with the problematic culture from which they emerged, tracing back to incidents like Gamergate and toxic Internet subcultures. He portrays the Silicon Valley magnates with a stark critique, challenging the glorified myths surrounding their genius and uncovering a deep-seated incompetence that underpins the industry.
Lastly, Fisher investigates the complex relationship between social media and behavioral sciences, noting that while the latter have contributed to the problems we see online, they also pose as a solution. He examines the dual nature of psychology as both a healer and a manipulator and shows that despite the widespread impact of social media, the fundamental laws governing human behavior and morality remain elusive. He suggests that resistance to the darker influences of social media may lie in the strength of our judgment and moral values, emphasizing the importance of education and critical thinking as defenses in an era where the goal is not to reshape humanity based on grand visions but to empower individuals to withstand manipulation. Fisher’s work suggests that our survival amid the digital chaos may well depend on fostering a society that values mental resilience over transformative aspirations.
SPANISH REVIEW
En el penetrante y trascendental libro “The Chaos Machine” de Max Fisher, se establecen paralelismos con la emblemática película de Stanley Kubrick “2001: A Space Odyssey,” una analogía que persistió durante su investigación. La representación en la cinta de 1968 de una supercomputadora que se rebela contra su tripulación en una nave rumbo a Júpiter refleja la naturaleza ambivalente de la tecnología, que Fisher examina detalladamente. Su libro arranca de forma dramática, transportándonos desde los resplandecientes cuarteles generales de Facebook hasta una visión de la Tierra en conflicto desde alturas contemplativas, brindando un relato tan inquietante como convincente que confirma el impacto profundo que los algoritmos tienen en los eventos globales y en la vida personal.
Fisher, periodista experimentado del New York Times, sumerge al lector en el papel de las redes sociales en la incitación de la violencia y el odio en todo el mundo, con especial énfasis en plataformas como Facebook, WhatsApp y YouTube. Fusiona descripciones desgarradoras de la violencia en lugares como Myanmar y Sri Lanka con la difusión viral de desinformación dañina, evitando cuidadosamente confundir correlación con causalidad. Plantea interrogantes sobre la responsabilidad directa de las redes sociales en el pánico y la ira masiva que parecen facilitar, adentrándose en la compleja relación entre las características tecnológicas y las emociones humanas.
El libro aborda además la naturaleza hipócrita de las posturas públicas de los gigantes tecnológicos frente a sus acciones. Meta y Google, por ejemplo, se han beneficiado de algoritmos que alimentan la indignación y la división, en contra de las visiones altruistas proclamadas por fundadores como Mark Zuckerberg y Peter Thiel. Fisher pone en contraste estas ambiciones grandilocuentes con la cultura problemática de la que surgieron, remontándose a incidentes como Gamergate y subculturas tóxicas en Internet. Retrata a los magnates de Silicon Valley con una crítica contundente, desafiando los mitos glorificados que envuelven su genialidad y descubriendo una incompetencia subyacente que sustenta la industria.
Por último, Fisher investiga la relación compleja entre las redes sociales y las ciencias del comportamiento, señalando que, aunque estas últimas han contribuido a los problemas que vemos en línea, también se presentan como una solución. Examina la naturaleza doble de la psicología, como sanadora y manipuladora, y muestra que, a pesar del amplio impacto de las redes sociales, las leyes fundamentales que rigen el comportamiento humano y la moral siguen siendo esquivas. Sugiere que la resistencia a las influencias más oscuras de las redes sociales puede residir en la fortaleza de nuestro juicio y valores morales, subrayando la importancia de la educación y el pensamiento crítico como defensas en una era en la que el objetivo no es remodelar la humanidad basándonos en visiones grandiosas, sino empoderar a los individuos para resistir la manipulación. La obra de Fisher sugiere que nuestra supervivencia en medio del caos digital podría depender de fomentar una sociedad que valore la resiliencia mental por encima de las aspiraciones transformadoras.
// Autor: Max Fisher // Editorial: Península
SOBRE EL AUTOR
Max Fisher es periodista y articulista de la sección de Internacional del New York Times. En este periódico escribe una columna titulada «The Interpreter» —en la que explica tendencias mundiales y grandes acontecimientos internacionales— y ha formado parte de un equipo que informa sobre las redes sociales y que fue finalista del Premio Pulitzer en 2019. Anteriormente, Fisher había trabajado para The Atlantic y The Washington Post cubriendo asuntos internacionales. Vive en Washington.