SINOPSIS
Del imprescindible Hidrógeno hasta el desconocido Oganesón, pasando por los gases nobles. las partículas del mundo al alcance de tu mano. A través de imágenes comprensibles e innovadoras que ilustran el origen de los elementos, su composición y algunas de sus anécdotas más increíbles.
Una obra visionaria y científica que nos hace descubrirlos elementos desde la antigüedad (carbono, oro, azufre, hierro, plomo, estaño…) hasta los creados en reactores nucleares o aceleradores de partículas, y que nos ayuda a memorizarlos mientras nos divertimos.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
The periodic table, a cornerstone of scientific education, often comes across as a somewhat arid and complex topic for many chemistry students, surrounded by abstract symbols and atomic weights filling the dense textbooks. However, in a refreshing twist on this essential academic element, Japanese artist Bunpei Yorifuji has transformed our view of the elements by endowing them with vibrant personalities and distinctive characteristics. By giving them human-like traits—where elements with long beards represent the older members of the table, babies symbolize the more recent discoveries, heavy metals are depicted as overweight, and artificial elements wear robotic suits—Yorifuji makes chemistry accessible and appealing. His imaginative personifications, ranging from the rebellious nitrogen family with their mohawks to the laid-back noble gases with afros, not only capture the imagination but also serve as a mnemonic device to remember their properties and peculiarities.
Delving into Yorifuji’s illustrated world, the elements begin to reveal themselves in novel ways, making it almost intuitive to deduce their properties simply by looking at their cartoon representations. Each element is accompanied by informative snippets, creatively illustrated to detail their common uses, along with practical data like melting points, boiling points, and densities. This approach not only simplifies the daunting task of learning the periodic table but also enriches the reader’s understanding of each element’s role in our daily lives. Despite the charm and innovation of the book, it is not without its shortcomings. Some elements, particularly those within the lanthanide and actinide series, receive less attention than one might hope for, especially considering their significant contributions to medicine, smart technology, and nuclear energy. It seems that in making room for broader discussions on topics such as dietary intake of elements and the conservation concerns surrounding some endangered elements, some depth was sacrificed. However, these discussions are crucial for grounding the reader’s understanding of the elements in practical and environmental contexts, highlighting the consequences of their overuse and the challenges in replenishing them.
Bunpei Yorifuji’s work represents a delightful departure from traditional scientific texts, offering a humorous, engaging, and educational experience that revitalizes the periodic table. While it’s uncertain how Dmitri Mendeleev, the father of the periodic table, would react to such a whimsical reinterpretation, Yorifuji’s book undoubtedly succeeds in making chemistry more approachable and enjoyable. This creative effort is an excellent gift for science enthusiasts of any age, promising to reignite their fascination with the elements through a uniquely entertaining lens. Whether you’re a seasoned chemist or a curious novice, Yorifuji’s playful portrayal invites everyone to explore the world of elements in a way that is both fun and informative, proving that learning about the building blocks of our universe doesn’t have to be a tedious affair.
SPANISH REVIEW
La tabla periódica, piedra angular de la educación científica, suele presentarse como un tema algo árido y complejo para muchos estudiantes de química, rodeado de símbolos abstractos y pesos atómicos que llenan los densos libros de texto. Sin embargo, en un giro refrescante sobre este elemento académico esencial, el artista japonés Bunpei Yorifuji ha transformado nuestra visión de los elementos, dotándolos de personalidades vibrantes y características distintivas. Al otorgarles rasgos humanos—donde los elementos con barbas largas representan a los miembros más antiguos de la tabla, los bebés simbolizan los descubrimientos más recientes, los metales pesados se muestran como sobrepeso, y los elementos artificiales llevan trajes robóticos—Yorifuji hace que la química sea accesible y atractiva. Sus personificaciones imaginativas, desde la familia del nitrógeno rebelde con sus mohínes hasta los gases nobles relajados con afros, no solo capturan la imaginación sino que también funcionan como un dispositivo mnemotécnico para recordar sus propiedades y particularidades.
Al adentrarse en el mundo ilustrado de Yorifuji, los elementos comienzan a revelarse de maneras novedosas, haciendo casi intuitivo deducir sus propiedades simplemente observando sus representaciones caricaturescas. Cada elemento viene acompañado de fragmentos informativos, ilustrados creativamente para detallar sus usos comunes, junto con datos prácticos como puntos de fusión, puntos de ebullición y densidades. Este enfoque no solo simplifica la ardua tarea de aprender la tabla periódica sino que también enriquece la comprensión del lector sobre el papel de cada elemento en nuestra vida cotidiana. A pesar del encanto e innovación del libro, no está exento de fallos. Algunos elementos, en particular aquellos dentro de las series de los lantánidos y actínidos, reciben menos atención de la deseada, especialmente teniendo en cuenta sus significativas contribuciones a la medicina, la tecnología inteligente y la energía nuclear. Parece que al hacer espacio para discusiones más amplias sobre temas como la ingesta dietética de elementos y las preocupaciones de conservación de algunos elementos en peligro, se sacrificó cierta profundidad. Sin embargo, estas discusiones son cruciales para arraigar la comprensión de los elementos en contextos prácticos y ambientales, resaltando las consecuencias de su sobreuso y los desafíos para su reposición.
La obra de Bunpei Yorifuji representa una agradable desviación de los textos científicos tradicionales, ofreciendo una experiencia humorística, cautivadora y educativa que revitaliza la tabla periódica. Aunque es incierto cómo reaccionaría Dmitri Mendeléyev, el padre de la tabla periódica, ante tal reinterpretación caprichosa, el libro de Yorifuji logra sin duda hacer que la química sea más accesible y disfrutable. Este esfuerzo creativo es un regalo excelente para entusiastas de la ciencia de cualquier edad, prometiendo reavivar su fascinación por los elementos a través de un prisma entretenidamente único. Ya sea que se trate de un químico experimentado o de un novato curioso, la representación lúdica de Yorifuji invita a todos a explorar el mundo de los elementos de manera divertida e informativa, demostrando que aprender sobre los bloques constructivos de nuestro universo no tiene por qué ser una tarea tediosa.
// Autor: Bunpei Yorifuji // Editorial: Blackie Books
SOBRE EL AUTOR
En 2000, Yorifuji creó el estudio de diseño gráfico e ilustración Bunpei Ginza. Sus campañas para Muji y el metro de Tokio son conocidas en todo el mundo. Este es su método: Rakugaki. Con él ha conseguido que mucha gente vuelva a dibujar.