SINOPSIS
En el verano de 1979, un pintor inglés desembarca en una pequeña isla rocosa, de apenas un centenar de habitantes, frente a la costa oeste de Irlanda. El señor Lloyd llega decidido a vivir la experiencia isleña en su forma más genuina, a imbuirse de la luz y la quietud del paraje y así pintar la gran obra que relance su carrera. Muy pronto, sin embargo, aparece en escena otro visitante extranjero, Jean-Pierre Masson, un lingüista francés empeñado en mantener con vida la lengua irlandesa, para lo que considera primordial que la isla y su población local preserven su aislamiento.
El inevitable choque entre los dos visitantes tiene lugar ante la atenta mirada –entre la irritación y la ironía– de los lugareños, que comienzan a cuestionarse el modo en que estos forasteros se relacionan con la isla y con ellos mismos: cuánto aportan, cuánto toman y qué deberían ofrecer a cambio. Una tensión que, no obstante, es apenas una leve estridencia en comparación con las noticias que llegan desde Irlanda del Norte, donde la lucha armada entre el IRA y las fuerzas leales al Reino Unido empieza a alcanzar unas cotas de violencia inimaginables.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
Audrey Magee is renowned for her ability to maintain a certain emotional distance from her readers, a technique she masters in her literary works. Her first novel, The Undertaking, critically acclaimed and shortlisted for both the Women’s Prize and the Irish Book Awards, offers a stark portrayal of ordinary Germans embroiled in the tumult of World War II, under Hitler’s ferocious campaign against the Soviet Union. In this narrative, Magee meticulously strips away emotional layers, presenting the characters’ lives with a type of clinical detachment that compels readers to objectively observe their actions and their inevitable lack of choices. Her second novel, The Colony, set in Ireland, Magee’s native country, employs a similar narrative approach. However, in this work, the emotional distancing resonates more naturally, perhaps reflecting the isolation and insularity of the setting itself.
The Colony explores the lives of characters burdened by the oppressive weight of tradition, a theme that resonates in the works of notable Irish authors such as Synge, Trevor, and Tóibín. Magee’s characters navigate their lives slowly and subtly, their discontents either hinted at sardonically or left unspoken. The story unfolds on a secluded Atlantic island off the west coast of Ireland, a place profoundly traditional in its remoteness, with a population that by 1979 had dwindled to double digits. The plot thickens with the arrival of two outsiders: Lloyd, a London artist struggling to rejuvenate his career and his marriage, who chooses the arduous route to the island by rowing in a currach, and Jean-Pierre, a French linguist who has spent the last five summers documenting the island’s dwindling Irish dialect as part of his doctoral research. The interactions between these characters, especially as they grapple with their conflicting purposes on the island, form the crux of the story.
The tension between Lloyd and Jean-Pierre intensifies as they vie for influence over the island and its culture, each viewing the other as a threat to their own romanticized visions. Amid this conflict, James, a young local who resists the predetermined life as a fisherman—a fate that claimed the lives of his father and grandfather—emerges as a central figure. Discovering his own talent for painting through Lloyd’s mentorship, James dreams of a different future, away from the island’s confines. Meanwhile, the island, along with its inhabitants, becomes a mirror reflecting broader sociopolitical issues of the time, notably the Irish Troubles, subtly woven into the narrative through snippets of news and the evolving dialogues of the characters. Magee’s writing, characterized by its lyrical beauty and meticulous attention to detail, maintains a deliberate aloofness that aligns with the story’s themes, culminating not in a dramatic climax but a return to the status quo, allowing the characters to continue their lives touched but untransformed by the events that unfolded.
SPANISH REVIEW
Audrey Magee es conocida por su habilidad para mantener una distancia emocional con sus lectores, una técnica que domina en sus obras literarias. Su primera novela, The Undertaking, aclamada por la crítica y nominada tanto al Women’s Prize como al Irish Book Awards, ofrece un retrato crudo de los alemanes ordinarios envueltos en el tumulto de la Segunda Guerra Mundial, bajo la feroz campaña de Hitler contra la Unión Soviética. En esta narrativa, Magee despoja meticulosamente las capas emocionales, presentando las vidas de los personajes con un tipo de desapego clínico que obliga a los lectores a observar objetivamente sus acciones y la inevitable falta de elecciones. Su segunda novela, The Colony, ambientada en Irlanda, el país natal de Magee, emplea un enfoque narrativo similar. Sin embargo, en esta obra, la distancia emocional resuena más naturalmente, quizás porque refleja el aislamiento y la insularidad del propio escenario.
The Colony explora la vida de personajes atrapados por el peso opresivo de la tradición, un tema que resuena en las obras de autores irlandeses destacados como Synge, Trevor y Tóibín. Los personajes de Magee navegan sus vidas de manera lenta y sutil, y sus descontentos se insinúan sarcásticamente o se dejan sin expresar. La historia se desarrolla en una isla atlántica aislada frente a la costa oeste de Irlanda, un lugar profundamente tradicional en su remota ubicación y con una población que para 1979 se había reducido a cifras de dos dígitos. La trama se intensifica con la llegada de dos forasteros: Lloyd, un artista londinense que lucha por revitalizar su carrera y su matrimonio, elige la ardua ruta a la isla remando en un currach, y Jean-Pierre, un lingüista francés que ha pasado los últimos cinco veranos documentando el dialecto irlandés menguante de la isla como parte de su investigación doctoral. Las interacciones entre estos personajes, especialmente mientras lidian con sus propósitos conflictivos en la isla, son el núcleo de la historia.
La tensión entre Lloyd y Jean-Pierre se intensifica mientras compiten por influir en la isla y su cultura, cada uno viendo al otro como una amenaza para sus visiones idealizadas. En medio de este conflicto, James, un joven local que se resiste a la vida predeterminada como pescador —un destino que reclamó la vida de su padre y abuelo—, surge como una figura central. Descubriendo su propio talento para la pintura gracias a la mentoría de Lloyd, James sueña con un futuro diferente, lejos de los confines de la isla. Mientras tanto, la isla, junto con sus habitantes, se convierte en un espejo que refleja las cuestiones sociopolíticas más amplias de la época, notablemente los Problemas Irlandeses, sutilmente entrelazados en la narrativa a través de fragmentos de noticias y los diálogos evolutivos de los personajes. La escritura de Magee, caracterizada por su belleza lírica y su meticulosa atención al detalle, mantiene una distancia deliberada que se alinea con los temas de la historia, culminando no en un clímax dramático sino en un retorno al statu quo, dejando a los personajes continuar con sus vidas tocadas pero no transformadas por los eventos que se desarrollaron.
// Autor: Audrey Magee // Editorial: Sexto piso
SOBRE EL AUTOR
Audrey Magee (Enniskerry, 1966) estudió Filología Alemana y Francesa en la University College de Dublín y Periodismo en la Dublin City University, y posteriormente trabajó como periodista durante más de una década. Su primera novela, The Undertaking, publicada en 2014, fue finalista del Women’s Prize for Fiction y del Irish Book Award, distinción que también recibió su segunda novela, La colonia, que fue además finalista del Orwell Prize y candidata al Premio Booker. Sus obras han sido traducidas a diez idiomas. En la actualidad vive en Wicklow