SINOPSIS
Movie Short Review
English review
When Guillermo del Toro emphasized that animation is not just a genre for children but a medium for art in his Oscar and BAFTA acceptance speeches for “Pinocchio,” he might well have been alluding to any film by Hayao Miyazaki, particularly his latest work, “The Boy and the Heron.” This film marks Miyazaki’s return after a decade, following his 2013 film “The Wind Rises,” which was intended to be his farewell to film directing. However, Miyazaki’s relentless creative force led to the creation of “The Boy and the Heron,” a visually striking and provocative film that reflects on life, death, and the cyclical nature of creation. Produced by Studio Ghibli and similar in thematic depth to Guillermo del Toro’s “Pan’s Labyrinth,” this film remains largely unadvertised, adding to its mystique.
“The Boy and the Heron,” a moving and visually impressive animation, tells the story of Mahito, an 11-year-old boy dealing with the complexities of life in World War II-era Japan. After losing his mother in a fire in Tokyo and moving to the countryside with his stern father and his new stepmother (who is also Mahito’s aunt), Mahito’s world is turned upside down. His struggle to adapt to these sudden changes and his feelings towards his new family are skillfully interwoven into the story, highlighting the emotional turmoil and sense of alienation he experiences. This turmoil intensifies when a mysterious gray heron appears, leading Mahito into a fantastical world at the boundaries of life and death, reality and absurdity, where he encounters a variety of enigmatic characters and creatures.
Miyazaki’s film, sometimes challenging in its comprehension, captivates audiences with its intricate narrative and mesmerizing animation, characteristic of Studio Ghibli’s renowned style. The plot, rich with symbolic elements and fantastical creatures, draws parallels to various live-action and science fiction films, blurring the lines between reality and fantasy. Despite its darker themes, reminiscent of Studio Ghibli’s “Grave of the Fireflies,” Miyazaki ensures the film concludes with a message of hope and the perpetual cycle of life. If “The Boy and the Heron” is indeed Miyazaki’s final work, it serves as a profound and timeless testament to his unparalleled artistry and narrative skill.
Spanish review
Cuando Guillermo del Toro destacó que la animación no es solo un género para niños, sino un medio para el arte durante sus discursos de aceptación del Oscar y el BAFTA por “Pinocho”, bien podría estar haciendo alusión a cualquier película de Hayao Miyazaki, en especial a su última obra, “El Niño y la Garza”. Esta película marca el regreso de Miyazaki tras una década, sucediendo a su film de 2013 “El Viento se Levanta”, que pretendía ser su despedida de la dirección cinematográfica. Sin embargo, la incansable fuerza creativa de Miyazaki condujo a la creación de “El Niño y la Garza”, una película visualmente impactante y provocadora que reflexiona sobre la vida, la muerte y la naturaleza cíclica de la creación. Producida por Studio Ghibli y similar en profundidad temática a “El Laberinto del Fauno” de Guillermo del Toro, este filme se mantiene mayormente sin publicidad, lo que aumenta su misticismo.
“El Niño y la Garza”, una animación conmovedora y visualmente impresionante, narra la historia de Mahito, un niño de 11 años que se enfrenta a las complejidades de la vida en el Japón de la época de la Segunda Guerra Mundial. Tras perder a su madre en un incendio en Tokio y mudarse al campo con su severo padre y su nueva madrastra (quien también es tía de Mahito), el mundo de Mahito se pone patas arriba. Su lucha por adaptarse a estos cambios repentinos y sus sentimientos hacia su nueva familia se entrelazan hábilmente en la historia, resaltando el turbulento estado emocional y la sensación de alienación que experimenta. Este tormento se intensifica cuando aparece una misteriosa garza gris, que lleva a Mahito a un mundo fantástico situado en los límites de la vida y la muerte, la realidad y lo absurdo, donde encuentra una variedad de personajes y criaturas enigmáticas.
La película de Miyazaki, a veces desafiante en su comprensión, cautiva al público con su narrativa intrincada y una animación hipnotizante, característica del reconocido estilo de Studio Ghibli. La trama, rica en elementos simbólicos y criaturas fantásticas, traza paralelos con diversas películas de acción real y ciencia ficción, difuminando las líneas entre realidad y fantasía. A pesar de sus temas más oscuros, que recuerdan a “La Tumba de las Luciérnagas” de Studio Ghibli, Miyazaki asegura que la película concluya con un mensaje de esperanza y el ciclo perpetuo de la vida. Si “El Niño y la Garza” es realmente la última obra de Miyazaki, sirve como un testamento profundo y atemporal a su incomparable arte y capacidad narrativa.
Movie information
// Toho // Director: Hayao Miyazaki
SOBRE EL DIRECTOR
El cineasta y animador, Hayao Miyazaki, nació el 5 de enero de 1941 en Tokyo, Japón. Desde muy pequeño se interesó en los cómics y en la animación. En 1963 comenzó su carrera como animador en los estudios Toei Douga, ahí participó en muchos de los primeros clásicos de la animación japonesa y conoció a dos importantes figuras del mundo de la animación, Yasuo Otsuka y Isao Takahata, con quienes colaboró en su primer largometraje, La princesa encantada (1968). En los años 70 trabajó para Nippon Animation en donde realizó proyectos como El cuento de Heidi (1974) y Ana de las tejas verdes (1979). En 1979 debutó como director con la serie Conan el niño del futuro (1978) y al año siguiente realiza la cinta El castillo de Cagliostro (1979). En 1985 fundó su propio estudio de animación, Studio Ghibli, que se ha convertido en referencia cultural dentro del séptimo arte. Ahí realizó proyectos como La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004) y Ponyo en el acantilado (2008). Entre sus proyectos más recientes se encuentran el cortometraje Boro the Caterpillar (2018) y la cinta Kimitachi wa dô ikiru ka, que actualmente se encuentra en la etapa de preproducción.