SINOPSIS
Poco antes de morir, Chulkaturin decide iniciar un diario con el que se despedirá de este mundo. No sabe qué puede contar, pues se considera, simplemente, un hombre superfluo, prescindible por completo. Su infancia fue normal y no ha hecho nada reseñable en toda su vida. Tampoco se ha preocupado por sus relaciones con los demás. Ni siquiera cuando conoció a Yelizaveta… El concepto de hombre superfluo, como hombre inteligente, sensible e idealista pero nihilista e indeciso, se hizo popular gracias a la publicación de esta obra de Iván Turguénev en 1850. Este es un personaje tipo en la literatura rusa del siglo xix y su recurrente presencia en poemas, novelas y teatro acabó convirtiéndolo en un arquetipo nacional.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
“Diary of a Superfluous Man” by Ivan Turgenev has so deeply captivated me that I have decided to delve into all of his works. Although I don’t recall the exact moment I made this decision, it has certainly been rewarding. By the end of this year, I hope to complete this literary journey—a journey that is enhancing my understanding of how Turgenev shaped European realism and influenced many of my favorite writers, including Maupassant, Conrad, and Leskovar. Each of his works deepens my appreciation for his literary genius.
Today, I finished “Diary of a Superfluous Man”, which, true to Turgenev’s style, revolves around the theme of unrequited love. The story is narrated by a dying young man who, facing mortality, reflects on what he considers the essence of life: love. As he recounts his life, we see him as an isolated figure, feeling superfluous and misunderstood—a sentiment that resonates universally. He is in love with Liza, who loves a prince instead; all characters are trapped in their private miseries, reminiscent of Tolstoy’s observation that each unhappy family is unique in its sorrow. This novel’s tragic narrative reminded me not only of Tolstoy but also of Dostoevsky, particularly echoing themes explored in “The Brothers Karamazov” and “The Death of Ivan Ilyich”. Chekhov’s “A Dreary Story” also parallels this theme, with its focus on familial disconnect due to impending death.
Despite its somber tone, the novel is not without its humorous moments, such as the protagonist’s concern about dying on April Fool’s Day, which he feels would be most improper. This blend of serious reflection and sardonic commentary on his social class provides a rich, dual perspective of his era. The narrative balances beautifully—no word is superfluous—and by the conclusion, I was profoundly moved, guided towards a sense of forgiveness and hope. In essence, “Diary of a Superfluous Man” challenges the notion of insignificance amid despair, reaffirming the value of every individual. The depth of character and portrayal are exceptional, marking this work as a timeless masterpiece in the annals of literature.
SPANISH REVIEW
“Diario de un hombre superfluo” de Iván Turguénev me ha cautivado tan profundamente que he decidido sumergirme en todas sus obras. Aunque no recuerdo el momento exacto en que tomé esta decisión, definitivamente ha sido gratificante. Espero completar este viaje literario para fin de año, un viaje que está enriqueciendo mi comprensión de cómo Turguénev moldeó el realismo europeo e influyó en muchos de mis escritores favoritos, incluidos Maupassant, Conrad y Leskovar. Cada una de sus obras profundiza mi aprecio por su genio literario.
Hoy terminé “Diario de un hombre superfluo”, que, fiel al estilo de Turguénev, gira en torno al tema del amor no correspondido. La historia es narrada por un joven moribundo que, al enfrentarse a la mortalidad, reflexiona sobre lo que considera la esencia de la vida: el amor. A medida que relata su historia, vemos que se siente como una figura aislada y superflua, un sentimiento que resuena universalmente. Él está enamorado de Liza, quien a su vez ama a un príncipe; todos los personajes están atrapados en sus miserias privadas, lo que recuerda la observación de Tolstói de que cada familia infeliz es única en su sufrimiento. La trágica narrativa de esta novela me recordó no solo a Tolstói sino también a Dostoyevski, particularmente en temas explorados en “Los hermanos Karamázov” y “La muerte de Iván Ilich”. La obra de Chéjov “Una historia aburrida” también tiene un tema paralelo, centrado en la desconexión familiar debido a la muerte inminente.
A pesar de su tono sombrío, la novela no carece de momentos humorísticos, como la preocupación del protagonista por morir el Día de los Inocentes, lo cual considera muy inapropiado. Esta mezcla de reflexión seria y comentario sarcástico sobre su clase social proporciona una perspectiva rica y dual de su época. La narrativa se equilibra de manera hermosa—ninguna palabra es superflua—y al concluir, me sentí profundamente conmovido, guiado hacia un sentido de perdón y esperanza. En esencia, “Diario de un hombre superfluo” desafía la noción de insignificancia en medio de la desesperación, reafirmando el valor de cada individuo. La profundidad de los personajes y su retrato son excepcionales, marcando esta obra como un clásico atemporal en los anales de la literatura.
// Autor: Iván Turguénev // Editorial: Nordica
SOBRE EL AUTOR
Iván Turguénev (Oriol, Rusia, 1818 – Bougival, Francia, 1883). Escritor ruso. Perteneciente a una familia noble rural, pasó su infancia en la hacienda materna hasta que se trasladó a Berlín para seguir estudios superiores, momento en el que entró en contacto con la filosofía hegeliana. De vuelta a su país, inició su carrera literaria con relatos que se inscriben dentro de la estética posromántica del momento (años treinta), mientras trabajaba como funcionario público, cargo que abandonó en 1843 por un gran amor, Pauline Viardot, cantante rusa constantemente en gira, con la que Turguénev mantuvo una apasionada relación.