SINOPSIS
Probablemente casi todo el mundo haya escuchado, en una versión u otra, la cadencia plúmbea de los acordes que abren la célebre “Marcha fúnebre” de Chopin. Sin embargo, la historia que rodea a la composición de la Sonata para piano n.º 2, opus 35, de la que la marcha forma parte, va mucho más allá del cliché al que la melodía se ha visto reducida en nuestros días. En este libro, Annik LaFarge sigue los pasos de Chopin entre 1837 y 1840, los años que dedicó a la composición de su pieza más famosa, para trazar un retrato íntimo y original de un creador inigualable: su compromiso con la Polonia que le vio nacer, su complicada relación con la escritora George Sand, su inestimable labor pedagógica, el desarrollo del piano y su consolidación como un instrumento clave en el canon musical europeo, el bullicio político, artístico y científico de una Europa que daba sus primeros pasos en una modernidad deslumbrante… Todos estos elementos confluyen en un viaje que nos lleva desde Polonia, a través del París revolucionario, hasta el invierno de Mallorca y de vuelta a Francia, a la finca de George Sand en Nohant, en la que escribió las últimas notas de su carismática creación, para presentarnos la obra y la vida de un artista y una música que siguen interpelándonos después de casi dos siglos.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
At this moment, I am listening to Chopin’s Étude Op. 25 No. 10, known as “The Winter Wind” for the way it evokes the howl of a tempestuous wind. Over the past three days, I have spent hours immersed in Chopin’s music after reading Chasing Chopin: A Musical Journey Across Three Centuries, Four Countries, and a Half-Dozen Revolutions by Annik LaFarge. This captivating book is a love letter to Chopin. It is not a conventional biography, though it allows readers to learn about the composer’s life and his relationship with the novelist George Sand, whose real name was Amantine Lucile Aurore Dupin. Nor is it a work of musical criticism or a treatise on the performance of his compositions. LaFarge begins her narrative by recalling a visit to a dying friend, followed by a moment in a jazz club where she heard a quotation from Chopin’s Funeral March—a curious twist of fate that inspired her to build her entire narrative around this iconic piece. Although many of Chopin’s works bear programmatic names, the composer himself disliked this practice, as all these titles were assigned by others.
LaFarge retraces the places where Chopin lived, attempting to recreate the atmosphere and history that might have shaped his music. One of the book’s most poignant chapters takes place in Mallorca, where Chopin and Sand stayed from 1838 to 1839. Chopin, ill and weakened, sought a place of warmth and light on the island to recover, but the journey was fraught with challenges. The weather turned out to be cold and rainy, and his piano—a Pleyel pianino ordered from Paris—took nearly six months to arrive due to storms and exorbitant customs fees. The couple, along with Sand’s children, ended up staying in an abandoned medieval monastery in Valldemossa, northwest of Palma. The local community did not welcome them: Chopin, suffering from tuberculosis, and Sand, a gender-nonconforming woman for her time, clashed with the sensibilities of the villagers. Despite the hardships, Chopin composed some of his most beautiful pieces during this period.
The author also visited the monastery, now a museum dedicated to Chopin, where the Pleyel pianino and some of his original manuscripts are preserved. This place has drawn countless music lovers, including Nobuyuki Tsujii, a brilliant blind pianist who spent a night in the room adjacent to Chopin’s studio. LaFarge complements her book with a website, www.whychopin.com, where readers can listen to the works she mentions, many performed on period instruments like the Pleyel. These pianos, precursors to the modern piano, transformed music by allowing for more subtle dynamic control and richer resonance, qualities that Chopin exploited fully in his compositions. Beyond Mallorca, LaFarge visited places like Paris and Nohant, Sand’s estate, where she built a soundproof studio to ensure Chopin had peace for his work. However, their relationship eventually faltered, and Sand left him shortly before his death. While her daughter was present at his deathbed, Sand was not. As expected, the Funeral March was played at Chopin’s funeral, completing the circle of a life marked by genius, music, and the complexities of love.
SPANISH REVIEW
En este momento estoy escuchando el Estudio Op. 25 No. 10 de Chopin, conocido como “El Viento de Invierno” por su evocación del aullido de un viento tempestuoso. Durante los últimos tres días, he pasado horas sumergida en la música de Chopin tras leer Chasing Chopin: A Musical Journey Across Three Centuries, Four Countries, and a Half-Dozen Revolutions de Annik LaFarge. Este cautivador libro es una carta de amor a Chopin. No es una biografía convencional, aunque permite aprender sobre la vida del compositor y su relación con la novelista George Sand, pseudónimo de Amantine Lucile Aurore Dupin. Tampoco es un libro de crítica musical ni un tratado sobre la interpretación de su obra. LaFarge inicia su relato recordando una visita a un amigo moribundo, seguida de un momento en un club de jazz donde escuchó una cita de la “Marcha Fúnebre” de Chopin, un curioso giro del destino que la llevó a construir toda su narrativa en torno a esta pieza emblemática. Aunque muchas de las obras de Chopin llevan nombres programáticos, el compositor detestaba esta práctica, pues todos los títulos fueron añadidos por otros.
LaFarge recorre los lugares donde Chopin vivió, tratando de revivir el ambiente y la historia que pudieron influir en su música. Uno de los capítulos más emotivos transcurre en Mallorca, donde Chopin y Sand residieron entre 1838 y 1839. Chopin, enfermo y debilitado, buscaba en la isla un lugar de luz y calidez para recuperarse, pero el viaje estuvo plagado de dificultades. El clima resultó ser frío y lluvioso, y su piano, un Pleyel pianino que había mandado traer desde París, tardó casi seis meses en llegar debido a las tormentas y a los exorbitantes costos de aduana. La pareja, junto con los hijos de Sand, terminó alojándose en un monasterio medieval abandonado en Valldemossa, al noroeste de Palma. La comunidad local no les recibió con agrado: Chopin, con tuberculosis, y Sand, una mujer transgresora para su época, chocaban con las sensibilidades de los habitantes. A pesar de las adversidades, Chopin compuso algunas de sus piezas más bellas durante esta etapa.
La autora también visitó el monasterio, convertido ahora en un museo dedicado a Chopin, donde se conservan el Pleyel pianino y algunos de sus manuscritos originales. Este lugar ha atraído a innumerables amantes de la música, entre ellos Nobuyuki Tsujii, un brillante pianista ciego que pasó una noche junto al estudio de Chopin. LaFarge complementa su libro con un sitio web, www.whychopin.com, donde se pueden escuchar las obras mencionadas, muchas interpretadas en instrumentos de época como el Pleyel. Estos pianos, precursores del piano moderno, transformaron la música al permitir un control dinámico más sutil y una resonancia más rica, características que Chopin aprovechó al máximo en sus composiciones. Además de Mallorca, LaFarge recorrió lugares como París y Nohant, la finca de Sand, quien llegó a construir un estudio insonorizado para que Chopin pudiera componer en paz. Sin embargo, su relación también sufrió altibajos, y Sand lo abandonó poco antes de su muerte, aunque su hija estuvo presente en sus últimos momentos. Como era de esperarse, la “Marcha Fúnebre” se tocó en el funeral de Chopin, cerrando el círculo de una vida marcada por el genio, la música y las complejidades del amor.
// Autor: Annik LaFarge // Editorial: Alianza editorial
SOBRE EL AUTOR
Annik LaFarge es autora del galardonado libro “On the High Line: Exploring America’s Most Original Urban Park” y del blog LivinTheHighLine.com. Ha colaborado con artículos en numerosas publicaciones, como “The New York Times”, la revista “Bark” y el “HuffPost”. También es fotógrafa, editora y conferenciante.