SINOPSIS
Cuando Catherine Day llega a un remoto pueblo pesquero de Canadá en busca de su madre biológica, la tranquilidad del lugar está a punto de romperse. En las redes de un pesca- dor aparece el cadáver de una mujer, pero no es una mujer cualquiera: es Marie Garant, una marinera nómada y escu- rridiza, una belleza salvaje que antaño rompió el corazón de muchos hombres. El inspector Joaquín Morales, recién llega- do de Montreal, apenas tiene tiempo para deshacer la male- ta antes de verse inmerso en la investigación. En la remota península de Gaspesia, en Quebec, la verdad puede ser escurridiza, sobre todo en los muelles de los pes- cadores. Las entrevistas con los lugareños se convierten en cháchara, las pruebas se van con la marea y la verdad per- manece oculta bajo las aguas turbias. Catherine y el inspec- tor Morales han venido en busca de respuestas, pero no las encontrarán fácilmente.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
That morning, Vital Bujold rescued the body of a woman who had once captivated the hearts of many men. In Gaspésie, the truth is a rare commodity, especially on the fishing docks. Interrogations turn into chats, clues scatter across the beach, facts fade with the waves, and Sergeant Moralès, the investigator on the case, wishes he could have a double Scotch.
“Nous étions le sel de la mer” is a book I have heard about for a long time. I had high expectations and hoped to be equally captivated. Indeed, I loved this read that transports us directly to Gaspésie. You can smell the sea, hear the sound of the waves, feel the atmosphere of the small towns, the fishing stories, and the deeply buried secrets. In this tale, which could be described as a “poetic police investigation,” we follow several characters who live in Gaspésie or have just arrived. Fishermen, a restaurateur, a priest, an innkeeper, a tourist; all with their motivations and secrets.
In the novel, the sea plays a central role, presenting itself as a gift to fishermen, a space for reflection, or even a grave for some unfortunate sailors. It is a place from which one cannot escape, beautiful, tragic, and moving. The way the author describes the sea, and how her characters perceive and feel connected to it, completely envelops the reader in the story. “Cyrille said the sea was like a quilt, pieces of waves stitched together by threads of sunlight. He said it swallowed the stories of the world and digested them slowly in its cobalt belly, only to return distorted reflections; he said the events of the past weeks would slowly sink into the twilight of memory.”
That morning, the nets brought up the body of a woman known for her adventurous spirit and her ability to make men lose their heads. Her death shocks everyone: the men who loved her, the woman searching for her, the authorities. Then Investigator Joaquin Moralès, a Mexican from Longueuil, appears, trying to unravel the mysteries of this death while trying to keep his personal life afloat as his relationship is foundering… Not always very skilled, accustomed to an urban lifestyle and disturbed by what’s happening in his personal life, he feels he has arrived in a world he does not understand. His methods do not work, and page by page, we get to know this somewhat rough and clumsy inspector, who one day arrived from Mexico. Despite his roughness, I liked this character because he is different from those usually found in mystery books. In fact, the entire novel is different from what one expects in a detective story. That’s probably why I liked it so much. I also love the book’s poetic and imaginative title, “Nous étions le sel de la mer”…
SPANISH REVIEW
Esa mañana, Vital Bujold rescató el cuerpo de una mujer que en su día había cautivado el corazón de muchos hombres. En Gaspésie, la verdad es un bien escaso, especialmente en los muelles de pesca. Los interrogatorios se convierten en charlas, las pistas se dispersan por la playa, los hechos se desvanecen con las olas, y el sargento Moralès, investigador del caso, desearía poder tomarse un doble escocés.
“Éramos la sal del mar” es un libro del que he oído hablar desde hace mucho tiempo. Tenía grandes expectativas y esperaba quedar igualmente cautivada. De hecho, me encantó esta lectura que nos transporta directamente a Gaspésie. Se puede sentir el olor del mar, el sonido de las olas, la atmósfera de los pequeños pueblos, las historias de pesca y los secretos profundamente guardados. En este relato, que podría describirse como “una investigación policial poética”, seguimos a varios personajes que viven en Gaspésie o que acaban de llegar. Pescadores, un restaurador, un sacerdote, un hotelero, una turista; todos con sus motivaciones y secretos.
En la novela, el mar juega un papel central, presentándose como un regalo para los pescadores, un espacio para la reflexión o incluso un sepulcro para algunos marineros desafortunados. Es un lugar del que no se puede escapar, hermoso, trágico y conmovedor. La manera en que la autora describe el mar, y cómo sus personajes lo perciben y se sienten unidos a él, envuelve al lector completamente en la historia. “Cyrille decía que el mar era como un edredón, pedazos de olas unidos por hilos de sol. Decía que devoraba las historias del mundo y las digería lentamente en su vientre de cobalto, para solo devolver reflejos deformados; decía que los eventos de las últimas semanas se hundirían lentamente en la penumbra de la memoria.”
Esa mañana, en las redes apareció el cuerpo de una mujer conocida por su espíritu aventurero y su habilidad para hacer que los hombres perdieran la cabeza. Su muerte conmociona a todos: a los hombres que la amaron, a la mujer que la busca y a las autoridades. Aparece entonces el investigador Joaquin Moralès, un mexicano de Longueuil, que intenta desentrañar los misterios de este fallecimiento mientras trata de mantener su vida personal a flote, ya que su relación está naufragando… No siempre es muy hábil, acostumbrado a un estilo de vida urbano y perturbado por su situación personal, siente que ha llegado a un mundo que no comprende. Sus métodos no funcionan y, página tras página, conocemos a este inspector algo rudo y torpe, que llegó un día desde México. A pesar de su aspereza, este personaje me gustó porque es diferente a los que usualmente se encuentran en los libros de misterio. De hecho, toda la novela es diferente a lo que uno espera en un relato de investigación. Probablemente por eso me gustó tanto. También me encanta el título tan poético e imaginativo del libro. “Nous étions le sel de la mer”…
// Autor: Roxanne Bouchard // Editorial: Principal de Libros
SOBRE EL AUTOR
Roxanne Bouchard (nacida en 1972) es una escritora y educadora canadiense de Quebec. Es conocida por su serie de novelas de ficción policial marítima centradas en las investigaciones del detective Joaquín Moralès en la península de Gaspé, en Quebec.