SINOPSIS
Argelia, 1914. Yacín, un joven de veinte años, no ha salido nunca de su barrio cuando le proponen ir a Francia a luchar contra los alemanes en lugar del hijo del caíd, enfermo del corazón. A cambio le prometen fortuna y comodidades para él y su familia. Cuatro años después, el joven que vuelve de las trincheras ve el mundo con otros ojos, y empieza para él una nueva lucha. “Los virtuosos” es una obra mayor, considerada por la crítica francesa como la mejor novela de Khadra. Una historia de pérdidas, separaciones y reencuentros en una época y un lugar retratados con maestría y emoción.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
The Virtuous, by Yasmina Khadra, is one of those novels that you don’t merely read—you live through it. From the very first pages, you feel as though you’ve stepped into a storm where history, emotion, and destiny swirl together. In the midst of colonial Algeria, Yacín—a young peasant who has never left his village—is forced to assume another man’s identity and march to the European front during the First World War. What begins as an imposed deception becomes a journey toward maturity, a brutal trial in which body and soul are forged in fire. Khadra turns pain into literary substance, exile into a metaphor for growth, and war into a mirror reflecting a question as old as it is urgent: who am I when the world denies me the right to be?
The novel’s power lies not only in the harshness of what it recounts, but in the tenderness with which it is illuminated. Yacín endures barbarity, yet never loses his capacity for wonder at what still endures—a gesture, a friendship, a promise. His return home is not a victory but an open wound. What remains of him after the war is a divided being, a shadow searching for a place amid the ruins of what once was. Khadra writes with an intensity that cuts and heals at once, as though each sentence were a thread trying to stitch together a torn life. The result is a story vibrating with humanity, transforming pain into truth and love into a trench where dignity still resists.
The narration flows with a fierce elegance. There is a rhythm in Khadra’s prose that recalls the ancient storytellers—voices that never need to shout to make the soul tremble. Every scene carries a poetic pulse, even the cruelest ones; every dialogue holds a spark of philosophy, a trace of faith. The epic and the intimate intertwine like two fires consuming each other, and from that combustion arises something unforgettable. The language—precise yet musical—renders war not as spectacle but as human experience, layered with mud, fear, and dignity.
Ultimately, The Virtuous is a novel about the endurance of the soul, about the stubborn belief in beauty even when everything around seems corrupted. Khadra does not write to entertain but to remind us that literature can also be a form of prayer—a flame lit against indifference. Reading this book feels like listening to a heartbeat among ruins: uneven, obstinate, alive. It’s impossible to emerge unscathed, for every page pulses with a truth that touches us all—the truth of those who, though wounded, keep walking, keep loving, keep dreaming of a world still worth inhabiting.
SPANISH REVIEW
Los virtuosos, de Yasmina Khadra, es una de esas novelas que no se leen, sino que se viven. Desde las primeras páginas, uno siente que está entrando en una tormenta que mezcla historia, emoción y destino. En medio de la Argelia colonial, Yacín —un joven campesino que jamás ha salido de su aldea— es empujado a asumir una identidad ajena y a marchar al frente europeo durante la Primera Guerra Mundial. Lo que empieza como un engaño impuesto se convierte en una travesía hacia la madurez, una prueba brutal en la que el cuerpo y el alma se forjan bajo el fuego. Khadra transforma el dolor en materia literaria, el exilio en una metáfora de crecimiento y la guerra en un espejo que devuelve al protagonista una pregunta tan antigua como urgente: ¿quién soy cuando el mundo me niega el derecho a ser?
La fuerza del libro no radica solo en la crudeza de lo que cuenta, sino en la ternura con la que lo ilumina. Yacín atraviesa la barbarie, pero no pierde la capacidad de sentir asombro ante lo que aún resiste: un gesto, una amistad, una promesa. Su regreso a casa no es un triunfo, sino una herida abierta. Lo que queda de él tras la guerra es un ser dividido, una sombra que busca su lugar entre los escombros de lo que fue. Khadra escribe con una intensidad que corta y consuela a la vez, como si cada frase fuera un hilo con el que se intenta zurcir una vida desgarrada. El resultado es una historia que vibra con humanidad, que hace del dolor una forma de verdad y del amor una trinchera posible.
La narración fluye con una elegancia feroz. Hay una cadencia en la prosa de Khadra que recuerda a los viejos contadores de historias: esas voces que no necesitan levantar la voz para estremecer. Cada escena tiene un pulso poético, incluso las más crueles; cada diálogo guarda una chispa de filosofía, una sombra de fe. Lo bélico y lo íntimo se entrelazan como dos fuegos que se consumen el uno al otro, y de esa combustión nace algo que no se olvida. El lenguaje, preciso y al mismo tiempo musical, logra que la guerra se sienta cercana, no como espectáculo, sino como experiencia humana, con su mezcla de barro, miedo y dignidad.
En última instancia, Los virtuosos es una novela sobre la resistencia del alma, sobre la posibilidad de seguir creyendo en la belleza cuando todo alrededor parece podrido. Khadra no escribe para entretener, sino para recordarnos que la literatura también puede ser una forma de oración, una llama encendida contra la indiferencia. Leer este libro es como escuchar un corazón latiendo entre ruinas: irregular, obstinado, vivo. Es imposible salir ileso de su lectura, porque cada página late con una verdad que nos toca a todos: la de quienes, aun heridos, siguen caminando, siguen amando, siguen soñando con un mundo que valga la pena habitar.
// Autor: Yasmina Khadra // Editorial: Alianza Editorial
SOBRE EL AUTOR
Yasmina Khadra (Kenadsa, 1955) es un escritor argelino, autor de más de treinta volúmenes con un notable éxito entre los lectores y una magnífica acogida entre la prensa. Sus novelas han sido llevadas al cine, convertidas en obras de teatro y reproducidas como cómic o libros ilustrados. Entre los numerosos premios cosechados a lo largo de su carrera literaria, cabe destacar el que le dio la Academia Francesa en 2011 por el conjunto de su obra, el Grand Prix de Littérature Henri-Gal, así como el Premio Pepe Carvalho 2025.