SINOPSIS
Montana, 1924. Phil y George son hermanos y socios, copropietarios del rancho más grande del valle. Cabalgan juntos, transportando miles de cabezas de ganado, y siguen durmiendo en la habitación que habían tenido de niños, en las mismas camas de bronce. Phil es alto y anguloso, George rechoncho e imperturbable. Phil es una lumbrera y podía haber sido cualquier cosa que se propusiera, George es tranquilo y no tiene aficiones. A Phil le gusta provocar, George carece de sentido del humor, pero tiene ganas de amar y de ser amado. Cuando George se casa con Rose, una joven viuda de porte orgulloso y sonrisa rápida, y la trae a vivir a la hacienda, Phil comienza una campaña implacable para destruirla. Pero los más débiles no siempre son quienes uno cree.
BOOK SHORT REVIEW
ENGLISH REVIEW
The Power of the Dog, by Thomas Savage, is a novel that strikes the reader with its relentless stillness and its piercing psychological precision. From the very beginning, Savage constructs a hostile and tension-filled atmosphere in the solitude of a Montana ranch, where the harshness of the landscape seems to merge with the hardness of its inhabitants. Through a restrained and exact prose, he traces the complex relationships between the Burbank brothers—Phil and George—and their surroundings, weaving a network of silences, unspoken reproaches, and subterranean power that pulses beneath every interaction.
When George decides to marry Rose, a widow who suddenly enters the closed world of the ranch, the fragile balance of masculine dominion is shaken. Phil, the older brother, perceives Rose and her son as a direct threat to his authority and to his notion of what that space should remain. Thus begins a subtle yet merciless game of provocation, veiled humiliation, and psychological coercion—all under the guise of domesticity, of the everyday. Against this backdrop of quiet violence, Savage reveals how the deepest antagonisms are not always expressed through shouting but through glances, minute gestures, retreats, or tacit impositions.
Nevertheless, The Power of the Dog never relinquishes tenderness or the faint promise of redemption. Despite Phil’s near-total dominance, Rose endures with a mixture of dignity and vulnerability, while her son moves between fear and fascination, between the need for approval and the desire to be different. This tension between oppression and dignity gives the story its unexpected nuances. Savage shows us that even within a landscape of enduring malice, a human gesture can still take root—for the contradictions of the soul do not fade easily.
Ultimately, this novel stands as an admirable exercise in narrative restraint. Rather than opting for an explosive climax, Savage allows conflict to sharpen in silence, in the density of the air, in the anticipation of the inevitable. That very choice magnifies the novel’s force: when the resolution finally arrives, its moral blow resonates long after the final page. The Power of the Dog is more than a psychological western—it is a profound inquiry into power, masculinity, fear, and contained desire. Its greatest virtue lies in compelling the reader to confront what is hidden, to listen to what is left unsaid, and to recognize that violence does not always scream.
SPANISH REVIEW
El poder del perro, de Thomas Savage, es una novela que impacta por su quietud implacable y su penetrante disección psicológica. Desde el primer momento, Savage construye un ambiente hostil y tensionado en la soledad del rancho de Montana, donde la dureza del paisaje parece fundirse con la dureza de los caracteres. A través de una prosa sobria y exacta, traza las relaciones entre los hermanos Burbank —Phil y George— y su entorno, creando una red de silencios, reproches no dichos y poder soterrado que late en cada interacción.
Cuando George decide casarse con Rose, una viuda de pronto irrupción en el rancho, el delicado equilibrio del dominio masculino se sacude. Phil, el hermano mayor, ve la presencia de Rose y su hijo como una amenaza directa a su autoridad y a su concepción de lo que debe ser ese espacio. Entonces comienza un juego sutil pero implacable, con provocaciones, humillaciones veladas y coerciones psicológicas; todo bajo la apariencia de lo doméstico, de lo cotidiano. En ese trasfondo de violencia silenciosa, Savage revela cómo los grandes antagonismos no siempre se expresan con gritos sino con miradas, con gestos mínimos, con retirada o imposición tácita.
No obstante, El poder del perro no abandona la ternura ni el atisbo de redención. A pesar del dominio casi absoluto que ejerce Phil, Rose resiste con dignidad y vulnerabilidad, y el hijo pasea entre el miedo y la fascinación, entre la necesidad de aprobación y el deseo de ser distinto. Esa tensión entre opresión y dignidad dota al relato de matices inesperados. Savage sabe mostrarnos que incluso en escenarios de malevolencia persistente puede germinar un gesto humano, pues las contradicciones del alma no se borran fácilmente.
Finalmente, esta novela es un ejercicio admirable de contención narrativa. Lejos de optar por el clímax explosivo, Savage prefiere dejar que los conflictos se agudicen en el silencio, en el peso del aire, en la espera de lo inevitable. Esa estrategia potencia su poder: cuando ocurre el desenlace, el golpe moral tiene resonancia duradera. El poder del perro es más que un western psicológico: es una indagación sobre el poder, la masculinidad, el miedo y el deseo contenido. Y su virtud mayor reside en obligar al lector a mirar lo oculto, a escuchar lo que no se dice, a reconocer que la violencia no siempre grita.
// Autor: Thomas Savage // Editorial: Alianza Editorial
SOBRE EL AUTOR
Thomas Savage (1915-2003) nació en Salt Lake City, Utah. A los cinco años se fue a vivir con su madre y su nuevo esposo a un rancho de Montana, donde aprendería los oficios y la forma de vida de los vaqueros. Estudió escritura en la Universidad de Montana y escribió trece novelas que recibieron grandes elogios de la crítica. Llevada a la gran pantalla por Jane Campion y publicada en una veintena de países, “El poder del perro” es su obra más celebrada.